Los aceites vegetales son derivados de semillas vegetales sujetas a una producción agraria, lo que permite concluir que su disponibilidad en el tiempo depende de fuentes renovables de materias primas, caso contrario a lo que sucede con los lubricantes derivados del petróleo, cuya existencia en el futuro es incierta y limitada.
Los aceites vegetales tienen la ventaja sobre los aceites minerales de ser biodegradables y no tóxicos, así como de tener una lubricidad mayor. Se obtienen de recursos renovables y tienen gran capacidad para reducir la fricción. El uso de este tipo de aceites en el mundo cada día es más común.
Los lubricantes vegetales se caracterizan sobretodo por ser biodegradables ya que son capaces de degradarse un 80% como mínimo en un plazo máximo de 21 días. Las desventajas más importantes de los aceites vegetales con respecto a los minerales son su baja resistencia a la oxidación y bajo punto de fluidez, lo que permite que el aceite se congele a menores temperaturas de operación. Para corregir estas deficiencias, los aceites vegetales se suelen modificar.
Los aceites vegetales más utilizados a nivel mundial son el aceite de colza, ricino, girasol, palma y soja, aunque en Europa predomina el consumo de colza.
En QUIVACOLOR estos aceites únicamente se venían empleando como aditivos para mejorar lubricantes minerales o sintéticos. Sin embargo, como cada vez es mayor la demanda de productos menos nocivos para los usuarios y el medioambiente, se han ido diseñando nuevos productos donde predomina el componente vegetal (aceite de colza), como es el caso de:
IBERMOL-674: Producto especialmente concebido para el desmoldeo de elementos cerámicos, yeso, prefabricados, hormigón, etc., así como de todo tipo de ladrillos refractarios de alta dificultad como, por ejemplo, los de magnesio-carbono, etc.
IBERTEMP-R24: Aceite de temple de alta velocidad de enfriamiento dotado de aditivos rebajadores de la velocidad de enfriamiento, muy potentes y de gran duración.