A continuación detallamos los tipos más comunes de limpieza industrial.
LIMPIEZA MANUAL
Es el método más simple ya que no requiere de equipamiento técnico, puesto que se lleva a cabo con ayuda de cepillos o paños. Sin embargo, la exposición de los trabajadores a agentes químicos es mucho mayor que con una limpieza automatizada, por lo que cada vez se utiliza menos a nivel industrial.
La temperatura de aplicación no debe exceder los 45ºC y el tiempo de contacto es adaptable y depende de la adhesión de la suciedad.
Este método de limpieza es práctico sólo en los casos en los que hay que limpiar pocas piezas cada vez, o bien cuando las limpiezas son tan grandes y pesadas que la limpieza por inmersión no resulta posible. Por otra parte, las concentraciones de trabajo del agente de limpieza son más altas que las utilizadas en las limpiezas por inmersión o aspersión y generalmente, el agente de limpieza no se recupera después de su uso.
LIMPIEZA POR INMERSIÓN O REMOJO
Es el método de limpieza más versátil, particularmente se utiliza para la limpieza de piezas con formas irregulares, configuraciones cilíndricas y tubulares o cajas que no se puedan limpiar adecuadamente utilizando sistemas de aspersión.
Las formas de aplicación de éste método pueden variar desde la inmersión manual de una pieza, agitación de una cesta conteniendo varias piezas en una cuba de inmersión a temperatura ambiente, hasta instalaciones altamente automatizadas operando a temperaturas elevadas con agitación controlada.
Los elementos a limpiar (recipientes, moldes, botellas, etc.) se introducen sucesivamente en diferentes baños que combinan detergencia-enjuagado-desinfección-enjuagado. En estos casos las formulaciones deben ser mojantes, no espumantes y antiespumantes frente a las suciedades. La temperatura de aplicación suele ser de 60 a 80ºC y el tiempo de contacto oscila en función del grado de suciedad.
LIMPIEZA CON ESPUMA
El detergente se pulveriza sobre la superficie del local o del equipo a limpiar, a veces difíciles de acceder, en forma de espuma.
La espuma debe adherirse a las paredes durante el tiempo necesario que le permita atacar a la suciedad, no debe secarse y su eliminación se realizará con un simple enjuagado. El tiempo de aplicación es del orden de 20 minutos.
LIMPIEZA POR ASPERSIÓN
Este tipo de limpieza, ya sea con aspersores móviles o fijos, se utiliza para la limpieza de cisternas, recipientes o envases, y superficies como los suelos, pudiendo variar la presión. Los tiempos de contacto son muy cortos pero esto se compensa por el efecto mecánico debido a la presión y a la presencia de agentes tensioactivos muy mojantes y poco espumantes.
En general, cuanta más alta es la presión de aspersión, mayores son las fuerzas mecánicas que actúan sobre la superficie metálica para eliminar la suciedad. Estos efectos mecánicos son especialmente importantes para la eliminación de partículas insolubles como polvo, partículas metálicas pequeñas o carbonilla.
LIMPIEZA IN SITU
Se utiliza para la limpieza de conducciones, cañerías, tanques y sistemas de filtración que no se pueden desarmar. Su principal ventaja es que la limpieza se realiza sin necesidad de desarmar la pieza o sistema. Para una limpieza efectiva el agente limpiador debe circular lentamente a través de las piezas, al menos durante una hora y media, aunque este proceso puede tomar varias horas en caso de sistemas de grandes dimensiones.
Normalmente se suele hacer un lavado inicial con agua, seguido de la circulación de uno o dos productos detergentes (con un enjuagado intermedio en el caso de que se utilicen dos productos), un enjuagado para eliminar los restos del último detergente, una etapa de desinfección y un enjuagado final. El proceso es totalmente automático y necesita cubas de almacenamiento de diversas soluciones, un sistema de dosificación y un sistema de reposición automática de las soluciones ya utilizadas.