Dentro del proceso de mecanizado de una pieza entran diversos factores a tener en cuenta, desde el material a mecanizar, la maquina a utilizar, sujeción de la pieza, herramientas, etc.…
Uno de los factores que casi nunca se menciona es el lubricante, tanto sea en estado puro (aceite de corte) como emulsionado con agua (comúnmente conocido como taladrina).
El mundo de los refrigerantes es cada día mas variado y complejo, se ha evolucionado de las dos taladrinas para el taller (la blanca y la verde) a disponer de una variedad amplia dependiendo de variables tales como el tipo de material a mecanizar, el tipo de agua en el cual se va a emulsionar el aceite, los sistemas de conducción y filtración de la maquina, etc.
El lubricante puede ser tan importante como el recubrimiento o tipo de geometría de herramienta que utilizamos. La selección incorrecta del lubricante puede hacer que la viruta no se desaloje correctamente, o que la temperatura en el punto de trabajo supere la requerida por el recubrimiento.
En el caso de los aceites de corte y taladrinas siempre nos encontraremos con dos puntos importantes a cumplir, la refrigeración y la lubricación.
Mientras que la refrigeración nos permitirá enfriar el punto de contacto en el mecanizado, desalojar mejor la viruta y el evitar que el material se adhiera en el filo de la herramienta, la lubricación hará que la herramienta se desgaste menos y disminuirá las fuerzas ejercidas por la herramienta evitando un esfuerzo mayor sobre ella.
Muchos clientes plantean el uso de un lubricante universal para todo tipo de materiales, pero las necesidades de un acero inoxidable, nunca serán las mismas que un latón o un material de fundición.
La selección de un producto intermedio estilo IBERSINT A-15 o BIOSOL A-15 en el caso de los aceites emulsionables nos darán la versatilidad de refrigerar en los materiales de fácil mecanización y poder subir la concentración en el caso de que se vaya a trabajar con otro tipo de materiales con el fin de potenciar su poder de lubricación.
La concienciación de uso de refrigerantes de alta calidad cada vez es mayor no sólo por sus beneficios en el mecanizado y su aumento en la productividad, sino que por normativas ecológicas y gestiones medioambientales.
La eliminación de los lubricantes usados es cada día más costoso para las empresas, dependiendo del tipo de residuo esos costes pueden ser mayores debido a contener sustancias nocivas para el medio ambiente. Productos como la gama BIOSOL y BIOCUT, usan bases biodegradables de origen vegetal y aditivos sin aminas, cloros y boro lo cual hacen el producto menos nocivo.
El conseguir que el cliente pueda prolongar el uso del lubricante durante más tiempo debido a su alta calidad evita los costos de reciclaje de una de las limpiezas.
El producto debe ser igualmente respetuoso con el operario y con la máquina, eliminando todo tipo de productos que puedan crear irritaciones o alergias al operario y que no sean agresivas con la máquina.
Para evitar todo el problema de reciclaje se habla cada día más del mecanizado en seco. Ciertos recubrimientos y aplicaciones están programadas para ser utilizadas sin lubricantes o con sistemas MQL (mínima cantidad de lubricación). Estos sistemas hoy por hoy no podrían sustituir de manera global la refrigeración mediante lubricantes.
La adaptación de las máquinas actuales a este tipo de sistema es compleja, el desalojo de la viruta en los grandes desbastes es un problema y las herramientas actuales están diseñadas para trabajar con refrigeración.