La gran mayoría de los daños que se producen en la construcción se originan por la acción de la humedad debida a la presencia de agua de lluvia, filtraciones subterráneas, condensación, etc.
La absorción de humedad en los materiales de construcción conduce a:
– Daños mecánicos: Se producen al hincharse algunos aglomerantes contenidos en los materiales de construcción.
– Daños por heladas: Originados por el congelamiento del agua contenida en los poros del material al descender la temperatura.
– Daños por acción de las sales: Al evaporarse el agua en las zonas cercanas a la superficie del material, las sales disueltas cristalizan aumentando su volumen y generando fuertes presiones expansivas en los poros que destruyen la estructura del material.
– Daños de origen químico: La corrosión química tiene especial importancia en el caso del hormigón armado, ya que el agua ataca la armadura de acero provocando su corrosión.
– Daños biológicos: Los materiales de construcción húmedos son atacados por microorganismos (bacterias, hongos, algas, musgos, etc.) que, además de producir manchas oscuras en la fachada, forman desechos ácidos que ocasionan corrosión.
– Daños por pérdida de aislamiento térmico: Los materiales húmedos presentan una capacidad de aislamiento muy inferior al material seco. Al tener menor temperatura favorecen la condensación, generando un círculo vicioso, ya que la humedad irá en aumento.
La hidrofugación consiste en incrementar la resistencia de un material a la penetración del agua procedente del exterior, al mismo tiempo que se propicia y facilita la salida de la humedad interior. No hay que confundirla con la impermeabilización, que consiste en crear una película que impide totalmente el paso de la humedad.
Los hidrofugantes son compuestos químicos que impiden el paso de las gotas de agua, pero mantienen abiertos los poros del material, permitiendo el paso del vapor de agua hacía afuera.
Los hidrofugantes siliconados son los más adecuados para morteros, piedra, mármol, hormigón, ladrillo caravista, materiales cerámicos, etc. Este es el caso del hidrofugante SF-60 de QUIVACOLOR, y otros similares (QUIVASIL y QUIVASIL-UR), que proporcionan una protección eficaz contra la lluvia, reduciendo la tendencia al ensuciamiento y a la formación de algas y eflorescencias de sales solubles.