Los fluidos para trabajos con metal (metalworking fluids) facilitan los procesos de mecanizado de los metales. Dependiendo de la operación pueden tener diversas funciones, siendo la refrigeración y la lubricación las predominantes.
La refrigeración es importante en las operaciones de corte que generan una gran cantidad de calor, mientras que la lubricación es importante en las operaciones de conformado que se caracterizan por sufrir grandes fricciones con el consiguiente riesgo para la herramienta. Los fluidos usados en operaciones de corte suelen ser emulsiones ya que al llevar agua refrigeran más. Otras funciones importantes de los fluidos para trabajos con metal son la protección contra la corrosión y la eliminación de virutas.
En función de su composición, los fluidos para trabajos con metal se dividen en fluidos miscibles en agua y en aceites puros (no solubles). Los fluidos solubles en agua se venden concentrados y hay que diluirlos en agua para poder utilizarlos, mientras que los aceites puros se usan tal y como se suministran.
Los aceites puros aportan una lubricación excelente y una buena protección contra la corrosión. Se utilizan normalmente en operaciones de corte y conformado severos. Los aceites con viscosidad baja se utilizan en operaciones de corte a gran velocidad para obtener un efecto refrigerante mejor.
En función de la composición del concentrado, los fluidos solubles en agua pueden dividirse en fluidos convencionales (conocidos normalmente como aceites solubles), fluidos semisintéticos y fluidos sintéticos:
- Los convencionales son aquellos en los que el concentrado es únicamente aceite mineral aditivado con emulsificantes, etc. Los aceites solubles son normalmente opacos o semitransparentes cuando llevan una gran cantidad de emulsificante. Al ir diluidos en agua representan una opción más económica que los aceites puros.
- Los semisintéticos son fluidos que contienen niveles bajos de aceites minerales y niveles elevados de emulsificantes. Estos fluidos son transparentes o traslúcidos.
- Los fluidos sintéticos no contienen aceite mineral y son transparentes, por lo que ofrecen una excelente visibilidad a la hora de trabajar con las piezas, buenas propiedades refrigerantes, bioestabilidad y tiempos de vida largos.