Los sistemas hidráulicos que funcionan con componentes lubricados deben tener en cuenta el peligro del fuego, especialmente si el lubricante tiene un punto de inflamación bajo y hay fuentes de calor o ignición cerca. Los lubricantes pueden escaparse o salpicar a otros lugares cuando están bajo presión, como suele ocurrir en las líneas hidráulicas. Esto hace que los sistemas sean más vulnerables a los riesgos del fuego si trabajan cerca de llamas abiertas o superficies muy calientes. Por eso, se aconseja usar lubricantes que tengan una mayor resistencia al fuego en estos casos.
Algunas industrias que se benefician de este tipo de productos son aquellas que se dedican a la deformación de metales en caliente: Fundiciones a presión o por moldeo, forjas, laminación, extrusión… También se usan en minería o en centrales y equipos hidroeléctricos.
Los fluidos hidráulicos se pueden clasificar según la norma ISO 6743-4 en cuatro categorías principales, de acuerdo con su composición y propiedades:
- HFA: Fluidos con base de agua, que contienen más del 80% de agua. Pueden ser emulsiones de aceite en agua o soluciones sintéticas acuosas.
- HFB: Fluidos con base de agua, que contienen menos del 80% de agua. Son emulsiones de agua en aceite.
- HFC: Fluidos con base de agua, que contienen entre el 35% y el 60% de agua. Son soluciones de agua y glicol (HFC).
- HFD: Fluidos sintéticos sin agua, que no contienen agua. Pueden ser ésteres, fosfatos orgánicos o mezclas de ambos (HFD-U). Los fluidos HFDU tienen una lubricidad buena y una corrosividad baja, pero son más caros y menos resistentes al fuego que los fluidos con base de agua.
Cada tipo de fluido hidráulico resistente al fuego tiene sus pros y sus contras, dependiendo de la aplicación, el rendimiento, la seguridad y el impacto ambiental.
Dentro del portfolio de IBEROIL-QUIVACOLOR podemos encontrar los fluidos HFC como IBERLIC-CM-46 o los HFDU como IBERLIC-HFDU-46 e IBERLIC-HFDU-68. Productos todos ellos de elevada biodegradabilidad que potencian la seguridad en el trabajo.