La espuma es una dispersión de aire y otros gases en un líquido o sólido. Excepto en algunos casos (espuma de los champúes, espuma de afeitar, limpiadores de tapicerías, espumas de poliuretano u otros polímeros aislantes, etc.) las espumas son, por lo general, indeseables.
Las espumas estorban en los procesos productivos en los que los líquidos, sobre todo el agua, tienen una función importante como medio de transporte, y en el peor de los casos pueden provocar un paro total del proceso. Además, las espumas pueden ser motivo de una producción más baja y de productos acabados de peor calidad.
Las espumas que se deshacen rápidamente no suelen causar problemas y no requieren un antiespumante.
Sin embargo, las espumas más estables pueden incluso secarse sin llegar a deshacerse. Normalmente, estas espumas sólo se forman si el agua contiene agentes tensioactivos (humectantes, emulsionantes, etc.).
La espuma se puede controlar de dos maneras:
1-. Mediante desespumantes (defoamers), que son productos que destruyen la espuma que ya se ha formado pero que, por lo general, no impiden la formación de espuma.
2-. Mediante antiespumantes (antifoams), que son productos que previenen la formación de espuma.
La mayoría de los antiespumantes funcionan mediante la introducción de defectos en la lámina de espuma. Las burbujas de espuma se revientan debido a la presencia de finas partículas sólidas hidrofóbicas contenidas en la formulación de los agentes antiespumantes.
Los antiespumantes siliconados como SKIM e IBERFOAM son eficaces (tanto en medios ácidos como alcalinos), son duraderos (presentan buena estabilidad), son seguros, actúan como antiespumantes y desespumantes, y tiene baja tensión superficial para un control efectivo de la espuma en diversos procesos.
Estos antiespumantes permiten controlar la espuma en innumerables procesos industriales como fabricación de ácidos, lavado de botellas, recuperación de baños fotográficos, preparación de soluciones detergentes y productos agroquímicos, limpiezas ácidas en torres de enfriamiento, calderas, circuitos, etc.
También sirven para eliminar la espuma en los baños de desengrase, en los depósitos de taladrina y en los procesos de depuración de aguas residuales (papeleras, depuradoras, etc.).
En aquellas aplicaciones donde no se recomienda el uso de silicona, se utilizan antiespumantes de aceite, que permiten un control efectivo de la espuma en pinturas, revestimientos y adhesivos.