Agentes de limpieza alcalinos: Tienen un valor de pH superior a 7. Por ejemplo: DC-90, DG-20, DSE-480, DSE-IN, GERBA, LG-60, LM-10, LM-20, etc.
La combinación de tensioactivos y soluciones cáusticas (álcalis) proporciona una buena limpieza de las grasas, pero también del aceite, las proteínas y otras suciedades orgánicas. Normalmente, en la mayoría de las aplicaciones se prefieren los detergentes alcalinos suaves cuyo pH se sitúa entre 8,0 y 10,8 frente a los detergentes de pH neutro.
A muchos detergentes se les añade alcalinidad para mejorar su eficacia, ya que la suciedad ácida es neutralizada y, por lo tanto, resulta más fácil de eliminar, y la suciedad orgánica, como grasas, aceites y proteínas, puede ser emulsionada.
Agentes de limpieza ácidos: Tienen un pH entre 0 y 6. Por ejemplo: DINOX, LA 101, MANDEX-G, MANDEX-I, SOLVENT-D, SOLVENT-F, etc.
La combinación de tensioactivos y ácidos efectúa una buena limpieza de la suciedad inorgánica (mineral). La limpieza ácida es utilizada de forma rutinaria para eliminar calaminas, corrosión y óxidos de los metales.
Los agentes de limpieza, además de ácidos, pueden contener detergentes y pequeñas cantidades de solventes miscibles en agua. La elección de ácidos y aditivos depende del tipo de metal a limpiar y del tipo de suciedad a eliminar.
Limpiadores neutros: Son mezclas de agua y otros componentes químicos con un pH cercano a 7. Por ejemplo: LG-40, MULTIUSOS REF. 103, etc.
Los componentes químicos pueden incluir tensioactivos, inhibidores de corrosión y otros aditivos. Las soluciones neutras limpian bien en los casos en que no se requiere un alto grado de solvencia química. Son efectivas en la eliminación de aceites ligeros, partículas, cloruros y otras sales.
Uno de los problemas que presentan es la corrosión de las piezas, pero esto puede resolverse con un cambio en el proceso (por ejemplo, incorporando un sistema de secado) o añadiendo inhibidores de corrosión.