Distintas mezclas químicas pueden tener una apariencia completamente diferente aun diseñándose par aun mismo propósito.
Este principio lo podemos encontrar en nuestro día a día con productos cotidianos como pueden ser las mezclas cosméticas para la hidratación y el cuidado de la piel. Nos encontramos por ejemplo en estos casos con geles o mezclas de aceites transparentes o con emulsiones opacas.
Una disolución es una mezcla homogénea a nivel molecular de dos o más sustancias (soluto + disolvente) que no reaccionan entre sí. En cambio, una emulsión es una mezcla de sustancias, donde existen dos fases que se llegan a mezclar en distribución uniforme a modo de pequeñísimas gotas o micelas gracias a la ayuda de un compuesto emulsionante.
En ambos casos, la mezcla presenta propiedades físico-químicas diferentes a las de los componentes de partida.
La experiencia de trabajo puede llevarnos a desconfiar de productos con apariencia distinta. No obstante, el desarrollo de nuevas sustancias químicas como pueden ser los glicoles está permitiendo la aparición en el mercado de nuevas mezclas para usos tradicionalmente asociados a las emulsiones.
Por ejemplo, en el caso de las taladrinas o aceites miscibles, las de base sintética son transparentes debido a que son disoluciones, las de base mineral son opacas porque constituyen emulsiones lechosas. Productos como IBERZITEN de aspecto transparente proporcionan una eficaz respuesta frente al desgaste de herramienta en procesos como el roscado, que anteriormente se relacionaba más con el uso de aceites o emulsiones de distinta naturaleza.
Igualmente los desengrasantes como BIODES. Se ayudan de glicoles de cadena larga para la eliminación de partículas grasas donde anteriormente se empleaban parafinas amulsionadas.